Jun 14, 2007

Menos únicos

Me baja la weá de escribir algo, y tan de pronto se da que, de hecho, a un lado del mouse se enfría mi arroz amarillo. El omelette que le dio sentido ya pasó a mejor vida.
Generalmente soy alguien a quien le gusta escribir pero no escribe. Y lo digo así por no decir que soy un escritor atormentado por la página en blanco, porque mi orgullo no podría aguantar una posibilidad tan grande de que esa descripción ya haya sido usada tantas veces.
Desde que teníamos como catorce empezó la carrera por la diferencia, la que tantas veces nos jugó chueco y se nos mostró en extremo, y nos hizo así callados y nos puso al rincón de la fiesta en que todos vacilaban porque de eso se trata el esparcimiento. Nos pusimos solos la chapita de raros, de que nos gustaba un grupo que solo conocía nuestra elite y quizá incluso no era ni tan bueno, pero con su nombre convirtió las mochilas en el centro de la curiosidad, o en su esperanza.
Todos somos diferentes en cuanto individuos. Esa es la fórmula, la justa medida. Persistamos en eso y conozcámonos, que lo otro es para los florcitas motudas del mundo, los incomprendidos que pasan de largo.
Ah ya po. La idea de todo esto ya se me estaba yendo, y era si alguien me puede ayudar a dejar este blog sin una de las plantillas predeterminadas. Ahí vuelve el viejo afán adolescente al que me vengo refiriendo, pero aquí se puede hacer boli porque con los computadores es distinto. Aparecieron en mi vida prácticamente a mis 20 años.

2 comments:

javiera said...

hola bronko!!!!! jajajaj
espero que el viernes salga de luxe. un abrazo. aka la javiera


Nota:Estare leyendo tus pensamientos.

Dolores said...

Señor, la lucidez no se pierda por estos lados y la creencia aumente. LIndas letras.